"Debemos ser hombres y mujeres de diálogo"El obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera, participó ayer en el Club La Opinión de Zamora que dirige la comunicadora, Carmen Ferreras. En esta ocasión, como ya sucedía el año pasado, le acompañaba en el escenario el periodista de Religión Digital, Jesús Bastante. El prelado subió al escenario del teatro del Seminario San Atilano para someterse a una amplia entrevista realizada al alimón entre la zamorana y el madrileño.
Semana Santa
Carmen Ferreras inició su charla con el prelado preguntando por un tema candente: la Semana Santa. El obispo, nuevamente, dijo: "Los problemas están para solucionarlos". Y desde esa clave reconoció que asume su responsabilidad como obispo: "Toca al obispo buscar una solución y, si hay que dar otro giro, pues se da, porque lo que quiero es servir a Zamora y a la Semana Santa". Restando negatividad al término crisis en la Semana Santa, explicó su origen griego, que alude a un cambio necesario para crecer: "Ese planteamiento de crecimiento en la Semana Santa tiene que mirar al futuro y servir para afrontar los próximos años".
La directora del club de La Opinión recordó también a los asistentes, unas 100 personas, que el obispo había dado a conocer en este 2025 su intención de mudarse a un "pisito de 75 metros cuadrados", una circunstancia que alabó Carmen Ferreras y que don Fernando ya ha explicado en otras ocasiones que responde a una cuestión de coherencia: "Se trata de un asunto de modos de vida, que lo que predicamos y hacemos tenga coherencia".
En cuanto a su vida personal, sobre la que también preguntó Ferreras, el obispo dijo no sentirse "solo" y tampoco "traicionado", aunque sí habló de deslealtad en algunos momentos de su episcopado. En esta línea de equilibrio y templanza, el obispo subrayó la importancia de la unidad y el servicio, reiterando que no está en su misión generar confrontaciones, sino ayudar a construir y fortalecer, en clara alusión a la Semana Santa.
El desafío de un mundo laico
Respecto al papel de la Iglesia en una sociedad cada vez más secular, Mons. Valera reflexionó sobre la necesidad de aceptar esta realidad con serenidad y fe: "Es una realidad inexorable que hay que aceptar". Insistió en la importancia del testimonio personal: "Cada uno debe preocuparse del testimonio propio y no tanto de las creencias de los demás" y animó a los cristianos a vivir con esperanza y paciencia.
El prelado destacó que el rol de la Iglesia no es responder a todas las expectativas sociales, evitando caer en la confrontación: "los cristianos no estamos para estar contra el mundo. Estamos para servir e insuflar esperanza".
Por su parte, el periodista de Religión Digital planteó cuestiones de calado nacional. Al ser preguntado por la polémica generada por la estampa que mostró en el programa de Nochevieja de TVE la humorista Lalachus, Mons. Valera lo calificó de "mal gusto y falta de respeto", pero ante ello propone responder con "el testimonio", desde lo que, precisamente, significa la espiritualidad del corazón de Jesús.
Al ser consultado sobre la reciente polémica por la negativa de un párroco de Segovia a dar la comunión a parejas homosexuales, Mons. Valera llamó a evitar juicios que se centren en detalles aislados: "A veces, nos vamos a los flecos del cuadro y olvidamos el perdón. No puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro, cuando lo importante es que es hijo de Dios".
Terapias de conversión
Monseñor Valera también manifestó una postura crítica y clara contra las terapias de conversión aplicadas en algunas diócesis españolas para personas del colectivo LGTBI+. Señaló que tales prácticas carecen de base científica y pueden causar graves daños emocionales y psicológicos: "No podemos usurpar el papel de los profesionales ni buscar atajos. Se han hecho cosas muy destructivas para las personas; conozco casos que han sufrido barbaridades con estas terapias".
El obispo defendió la necesidad de acompañar pastoralmente a las personas desde el respeto, sin imponer procesos que vulneren su dignidad y salud.
Sinodalidad
También trazó su visión de una Iglesia que camina unida en sinodalidad y con capacidad de adaptarse al mundo actual. Valera destacó que en Zamora "es posible ser realmente sinodal", gracias a la cercanía y al compromiso de sus comunidades cristianas. Al hablar sobre el trabajo dentro de la Iglesia, Valera rompió con la imagen autoritaria de la figura del obispo: "Al obispo se le pide, a veces, que sea como un guardia de tráfico", dijo con humor, abogando por un modelo de corresponsabilidad en el que todos participan activamente en la construcción de la Iglesia.
17/01/2025más info