JMJ 5: Unos en Zamora, otros en Praga
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Reportajes de Secretariado de Adolescencia y Juventud

19/07/2016

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JMJ 5: Unos en Zamora, otros en Praga

De Zamora a Cracovia – Diario de la JMJ 5

Hoy tenemos una doble crónica. Por un lado, la del encuentro de oración que han tenido en la iglesia de Santiago del Burgo los jóvenes zamoranos que saldrán en los próximos días para unirse a los que ya viajan por Centroeuropa. Por otro lado, el resumen del quinto día de estos últimos. La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ya está encima, y va creciendo la ilusión.

Zamora/Praga, 19/07/16. La crónica zamorana la escribe Jesús Campos, de la parroquia de San Lorenzo, y la europea está a cargo de Daniel Fernández, de la parroquia de Cristo Rey.

Recuerdo a Juan Pablo II

Esta tarde en el convento de las Claras de Zamora el resto de grupos que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia y que partirán los días 20, 22 y 23 de julio (dos grupos del Camino Neocatecumenal, además de jóvenes de las parroquias de Lourdes, de San Lorenzo y de Sanzoles) han tenido una oración y un encuentro con la comunidad contemplativa encomendando a su oración a todo el grupo diocesano.

En el tiempo de oración se ha recordado especialmente a San Juan Pablo II, iniciador de las JMJ. Como símbolo se les ha entregado a las religiosas una vela de la JMJ elaborada por ellos para que, encendida estos días, mantenga vivo el recuerdo de estar unidos en oración. Después ha tenido lugar un distendido encuentro entre las hermanas y los jóvenes.

Praga: la sensación de estar en casa

Un día más en nuestro peregrinar; parece que nos sobrecoge una sensación muy peculiar, la sensación de haber vuelto a casa, pero con la particularidad que tiene estar a unos 2,220 km de Zamora, lo que viene a ser ir y volver 15 veces a Benavente. No es nada, ¿verdad?

Todos estos kilómetros han comenzado a acortarse según se incrementa el grupo de españoles con los que nos vamos reuniendo, y que ha sido la semilla de una atmósfera de fraternidad que, poco a poco, nos va impregnando y que anoche se hizo presente, como si de algo divino se tratase, con la llegada simultánea al hotel de cientos de peregrinos españoles. Les acompañamos en su espera cantando, nos mezclamos, y como si nos conociésemos de toda la vida hicimos de la entrada en el hotel un momento alegre y ameno.

Amaneció temprano esta mañana, dicen los que saben que es normal por aquí, la gente es muy disciplinada, y el sol no se libra de cumplir los horarios. Nosotros también nos vamos adaptando a sus costumbres (nos cuesta lo nuestro, para qué nos vamos a engañar) y, como ejemplo, cada vez desayunamos más.

Terminamos el café del desayuno y continuamos con una buena taza de Praga, servida de la mano de Sonia, nuestra guía checa. Praga es como una matriusca, una ciudad de ciudades, cargada de cultura, historia, religión, turistas y una gran gastronomía.

Tras la suculenta comida en compañía de 800 españoles, hemos cambiado el ritmo, comenzamos la tarde con una catequesis y un debate por grupos. Continuamos con una Eucaristía espléndida, un buen ejemplo que muestra a quienes siguen diciendo que “a Misa ya no va gente joven” que se equivocan, que para ir a Misa, cuanto más joven, mejor, porque con la edad se endurece el oído y las ovejas al no oír bien a su pastor siguen a la de adelante, que suele ser el borrego del rebaño.

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