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Iglesia en Zamora 171: Encíclica Lumen fidei

11/08/2013

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Iglesia en Zamora 171: Encíclica Lumen fidei

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Muy queridos amigos:

Con fecha del 29 de Junio pasado, solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco firmaba y entregaba a toda la Iglesia su primera Carta Encíclica que ha titulado: Lumen fidei (La luz de la fe), con lo cual este documento doctrinal se inserta armoniosamente en el Año de la Fe que seguimos celebrando.

Esta Encíclica constituye el primer gran texto magisterial del Papa Francisco dirigido al conjunto de la Iglesia Católica, y que como él mismo lo refiere se ha servido para su preparación de lo que el Papa Emérito Benedicto XVI ya estaba elaborando para reflexionar sobre la fe, como lo había hecho con relación a la Caridad y la Esperanza.

Como indica el mismo título de la Encíclica, con ella el Papa pretende destacar el carácter luminoso de la fe para la vida de los hombres. Así, gracias al don de la fe se nos ofrece la luz de Dios para el camino tantas veces incierto o tenebroso de la peregrinación humana. Además de resaltar el provechoso contenido de la Encíclica, me detendré recordando los cuatro grandes apartados en que está dividida, a través de los cuales describe espléndidamente la fe cristiana. En el primer apartado destaca el camino de la fe como respuesta al Dios revelado en el Antiguo y el Nuevo Testamento, de modo que los hombres han creído en el Señor ya que les ha mostrado su Amor.

Una temática destaca en el segundo capítulo como es la relación entre la fe y la verdad, de manera que se nos muestra que la fe es una vía razonable y válida para acceder al conocimiento de la realidad. Así como se clarifica que la verdad de la fe está vinculada al amor, de tal modo que ambas realidades, verdad y amor, se complementan mutuamente. Y se resalta que la fe, según la comprensión bíblica, engloba dos dimensiones: la escucha y la visión de Dios por parte del hombre.

Mientras que el tercer apartado está centrado en la transmisión de la fe, de modo que, al igual que cada uno ha recibido la fe de otros que se le han entregado, así cada creyente y toda la Iglesia están llamados a comunicarla a los otros hombres y mujeres para que puedan llegar a conocer a Quien es la Luz del mundo y la Salvación del hombre. En este proceso de transmisión de la fe sobresalen los sacramentos, ya que a través de ellos entramos en relación con el núcleo de la fe: el misterio trinitario de Dios.

Con relación al cuarto apartado resalta la gran virtualidad de la fe a favor de la vida humana, en cuanto constituye una base sólida para la construcción de las relaciones entre los hombres con vistas a la edificación de la vida social. Así la fe fundamenta los valores de la igualdad, la justicia, el bien común y el respeto a cada persona por medio de los cuales se podrá sustentar la sociedad. Y también la fe nos ayuda a comprender toda la historia en relación con su origen y destino: Dios Creador y Redentor.

Sólo me resta encomendaros, a todos los cristianos, que leáis, asimiléis y aprovechéis abundantemente esta Encíclica, para lo cual en las parroquias, comunidades y movimientos se han de procurar los cauces para que sea ampliamente conocida.

+ Gregorio Martínez Sacristán, Obispo de Zamora

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