Ante las personas mayores: "dan ganas de arrodillarse y descalzarse"

La Catedral de Zamora ha acogido esta mañana la celebración de la eucaristía con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, en la festividad de San Joaquín y Santa Ana, enmarcado en el Jubileo Diocesano Raíces con Esperanza. Se trata de una Jornada auspiciada por el Santo Padre para homenajear a las personas de la tercera edad que con su amor, su experiencia y sabiduría han sabido transmitir la fe a sus hijos y nietos.

La Jornada jubilar ha comenzado a las 10.30 con una oración en la iglesia de San Ildefonso, presidida por el director del Secretariado de la Tercera Edad, Rogelio Prieto; a continuación, ha tenido lugar la eucaristía en la seo zamorana, por cierto, con una gran participación del colectivo de personas mayores de Zamora. Teniendo en cuenta que la celebración se ha desarrollado en el contexto del Jubileo diocesano, un grupo representativo de ancianos han accedido al templo por el pórtico, como signo jubilar.

El obispo, Fernando Valera, ha presidido la eucaristía en la que ha reconocido que “es una alegría estar con vosotros esta mañana porque también es el jubileo de la experiencia” y ha compartido una reflexión: “Preparando la celebración, me ha surgido un pensamiento agradecido porque una cosa que me ha sucedido en la vida es que con el paso de los años me he ido sintiendo más feliz. Parece que según se van cumpliendo años, la paz y la serenidad van ocupando un lugar importante”.

Monseñor Valera les ha pedido a los presentes que continúen siendo agentes evangelizadores porque “los mayores no podemos mirar al pasado como si la vida estuviera detrás, la vida está por delante y está por venir; el anuncio del evangelio es el camino”. En este sentido, le ha recordado al sacerdote responsable de la pastoral de personas mayores, Rogelio Prieto, las palabras que los obispos españoles han enviado para este día: “anunciad la presencia de Cristo a las personas mayores, la evangelización debe apuntar al crecimiento espiritual de cada edad”. No importa el momento de la vida en el que se encuentre el ser humano puesto que “no todas las personas mayores han encontrado ya a Cristo y, si lo han hecho, es indispensable ayudarlas a redescubrir el sentido de su bautismo en este momento especial de su vida”, ha recalcado el obispo.

Por otro lado, el prelado ha insistido en que las personas mayores de las comunidades parroquiales y del presbiterio son “algo maravilloso” porque son esa presencia “entrañable” y al escuchar sus experiencias “dan ganas de arrodillarse y descalzarse”.

La festividad de San Joaquín y Santa Ana, organizada por la delegación de Familia y el secretariado para la Tercera Edad, ha finalizado con bailes tradicionales a cargo del grupo de folclore Don Sancho.

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