Comunicación
19/02/2024
Cristianos perseguidos
Hace solo unos días, a raíz de la Campaña contra el hambre de Manos Unidas, me preguntaba cómo es posible que a estas alturas de la historia haya 828 millones de personas que padecen hambre en un mundo de abundancia. También en las últimas semanas la prensa nacional se ha hecho eco del informe anual de otra ONG cristiana, Puertas Abiertas (Open Doors) que apoya a los cristianos oprimidos y rechazados en más de 60 países. Según dicho informe, un total de 365 millones de cristianos sufren persecución en el mundo. Es decir: uno de cada siete hermanos nuestros.
El estudio, que analiza el periodo desde octubre de 2022 a septiembre de 2023, sitúa a Asia como el peor continente para nuestros correligionarios, donde no solo son perseguidos sino gravemente discriminados dos de cada cinco. Después le sigue América Latina, donde sufre discriminación uno de cada 16 cristianos. No es de extrañar que el informe señale a Nicaragua como país opresor. Desde 2018, los católicos han sufrido cientos de ataques perpetrados por el Gobierno de Ortega. Ya va a hacer un año desde que fue expulsado el nuncio, obispos, sacerdotes y seminaristas. A día de hoy más del 15% del clero vive exiliado, sin contar quienes continúan encarcelados. Hace poco el gobierno nicaragüense también ha deportado a religiosos y religiosas extranjeras, como las Hermanas de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta, que se dedica a atender a los más pobres y necesitados.
Según el análisis técnico de Open Doors, los países con un “nivel extremo” de persecución han pasado de 11 a 13. Los que encabezan este infierno son Corea del Norte, Somalia y Libia. A escala global, el informe observa una creciente inestabilidad en el África subsahariana, con un aumento de la violencia por motivos religiosos. Esta organización internacional cifra en 4.998 los cristianos muertos en el mundo a causa de su fe. El 82% de esas víctimas se concentran en Nigeria. Por eso, la Fundación Pontificia Internacional “Ayuda a la Iglesia Necesitada” también lleva meses pidiendo auxilio desde sus diversas plataformas para los cristianos de Nigeria que tanto nos necesitan. Su sufrimiento es indescriptible, por el terrorismo atroz de los grupos armados. Nuestra diócesis de Zamora acoge algunos sacerdotes nigerianos que nos lo confirman de primera mano.
Pero la violencia contra los cristianos no es solamente física, sino política, ideológica y cultural: se echa por tierra la enseñanza de Jesús y de su Iglesia, los fundamentos de la fe, haciendo que los corazones se extravíen. Pronto reflexionaremos sobre esta persecución más refinada que, desde hace bastantes años, se produce de forma solapada en nuestro mismo país.
Ángel Carretero Martín