Religiosidad Popular
19/06/2021
Peregrinos bajo la luz de la luna
Por Javier Fresno, delegado diocesano de Religiosidad Popular
El próximo viernes, 25 de junio, retomaremos la Peregrinación Nocturna a San Pedro de la Nave. Será la X edición, ya que empezamos con este recorrido en 2011, con motivo de la JMJ de Madrid, y el año pasado no se puedo celebrar.
Celebrar una X convocatoria supone que esta marcha se ha empezado a convertir en una tradición. Y así lo vivimos. Ya es de noche cuando nos juntamos en torno a la iglesia de Santiago del Burgo. El reencuentro con muchos conocidos, las últimas inscripciones, las normas y avisos que este año incluirán las normas especiales por el COVID, y la breve oración en el templo.
Luego el camino por territorio urbano, y enseguida bajo los magníficos árboles del bosque de Valorio. Es noche de luna llena, pero la luz no llega hasta el camino y se hacen imprescindibles las linternas. Las pisadas son rápidas, apresuradas, y se oyen desde lejos. Desde la ermita del Cristo de Valderrey se les espera con las luces encendidas. Una breve parada, oración ante el Cristo, y se reemprende el camino.
En La Hiniesta les acoge el magnífico atrio gótico. En medio de la noche, con el pueblo dormido, un grupo de vecinos están pendientes, incluso alguno se suma a la etapa. Tras la oración en el templo hay un café en la pequeña explanada junto a la iglesia, que ayuda a toma fuerzas para continuar.
El tramo hasta Valdeperdices es el más largo. Caminamos entre tierras de cereal y pinares, a la luz de la luna. Hay quien va solo y quien lo hace en grupo. El coche escoba espera pacientemente a los más rezagados y periódicamente les pregunta : “¿Qué tal vais?” Algunos no pueden más y se suben; la mayoría responde “¡Bien!”, sin pararse.
En Valdeperdices la iglesia lleva tiempo abierta. Allí, en un rincón de la calle, se han ido sentando los peregrinos. Cuando llegan los últimos, algunos llevan más de media hora parados. Este año quizá todo sea diferente por eso del virus y la distancia social, pero será el momento en que cada uno saque sus viandas y almuerce algo: un bocadillo, unos frutos secos, un café… Oración en el templo y camino.
Almedra sólo es una breve parada. Una visita a la iglesia y seguir, porque allí no hay nada, sólo la casa parroquial que la Asociación Zamorana del Camino se ha empeñado ne rehabilitar como albergue, pero aún no está lista para acoger a nadie.
Y de allí a El Campillo. La iglesia de San Pedro de la Nave, la más antigua de la diócesis, luce magnífica, como siempre. La reciente iluminación interior, con luces encerradas en columnas de alabastro, le da en la noche un aire espiritual, místico. Los peregrinos van llegando. Algunos toman asiento, otros prefieren salir ya en el autobús de vuelta a Zamora.
Tiene lugar la Eucaristía, con los primeros rayos del sol filtrándose por las ventanas. Y luego un desayuno en la explanada, y regreso. Y salud para otro año, que es un deseo este año más cargado de significado que nunca.
Sí, hace ya diez años que comenzamos, y ahora es casi una tradición. Caminar de noche, en silencio, cuando sólo se oyen alguna lechuza y las pisadas de los demás. Caminas orando o pensando, o simplemente siendo conscientes delo que el cuerpo siente. Caminar sintiéndose peregrino, en un Camino de Santiago marcado por siglos de historia. Como nuestra Diócesis, que este año celebra su Jubileo. Caminar haciendo historia hacia el amanecer de un mañana nuevo.