Comunicación
02/02/2021
San Blas
El 3 de febrero la Iglesia celebra la festividad de San Blas, obispo y mártir. Comencemos este pequeño apunte haciendo una breve reseña sobre quién fue este santo.
Blas – cuyo nombre se podría traducir por “hablador” o “tartamudo”- vivió entre finales del siglo III y principios del siglo IV, en el entorno de la actual Armenia. Fue obispo de Sebaste, por aclamación popular. Se caracterizó además porque gustaba de hacer vida retirado en las montañas.
Cuando comenzaron las persecuciones romanas se retiró a una cueva, donde curaba a personas y animales, de ahí que se le atribuyera la profesión de médico. Finalmente fue descubierto y tras varios tormentos, de los que salió victorioso, fue martirizado en torno al año 316, en el contexto de las persecuciones a cristianos llevadas a cabo durante el periodo del emperador Licinio. Su culto se extendió muy rápido por todo Oriente y años más tarde por Occidente.
En la Edad Media se sabe que había sólo en Roma 35 iglesias dedicadas al santo. Según la tradición popular al Santo se le atribuían el realizar curaciones milagrosas, aplicado tanto a personas como a animales. Muy famoso es el caso de la curación de un niño que se estaba ahogando al haberse atragantado con una espina, realizada dicha sanación con dos cirios colocados en forma de cruz.
Este hecho sería el origen de la veneración de san Blas como protector e intercesor ante las enfermedades y dolencias de garganta. Cuando veamos una imagen de San Blas podremos distinguirlo y reconocerlo a través de los siguientes atributos, con los que casi siempre le encontramos representado: mitra y báculo, vestiduras episcopales -habitualmente rojas (en referencia al martirio)-, cirios entrecruzados, un rastrillo de cardar o la última y más característica de todas ellas que es la de encontrarle con la mano en la garganta. La devoción popular a este santo se viene sucediendo desde antiguo con mucho arraigo y fervor en la Iglesia de San Vicente de la capital zamorana, de la Unidad Pastoral El Buen Pastor.
A lo largo del día 3 de febrero gran cantidad de fieles, no solo de la unidad pastoral sino llegados desde todos los rincones de la capital, se acercan hasta esta iglesia para acudir a la Santa Misa, rezar ante la imagen del Santo, venerar su reliquia, encender velas o adquirir a lo largo de todo el día las cintas bendecidas, que llevan para ellos y sus familiares, con el fin de colocarlas en el cuello mientras se suplica la intercesión del santo para que cuide nuestras gargantas y nos libre de enfermedades asociadas a ésta. El pasado año 2020 fueron más de 5.000 las personas que pasaron por la Iglesia de San Vicente en este día.
En este año 2021, marcado por la pandemia, vamos a tratar de mantener estos actos de piedad en torno al santo, modificados para adaptarlo todo ello a las medidas higiénicas, de distanciamiento y aforo actuales. Así a lo largo del 3 de febrero la iglesia estará abierta a lo largo de todo el día -con pasillos y recorridos de único acceso- para rezar ante la imagen del santo, venerar su reliquia (este año con una inclinación de cabeza) así como adquirir las cintas bendecidas, que este año se entregarán en bolsas individuales cerradas, desinfectadas y mantenidas en cuarentena.
También se celebrará en este día la Eucaristía a las 11: 00 y las 18:00 h, con aforo de 25 personas máximo. Pidamos juntos a San Blas que siga intercediendo por nosotros para que nuestra garganta se mantenga sana y así anunciar cada día el Evangelio y cantar la gloria de Dios. Y sobre todo pidamos este año su oración (unida a la nuestra) ante el Señor para que pase pronto esta situación de pandemia y salgamos adelante con esperanza, todos y juntos.