Comunicación
08/06/2020
Una silueta inconfundible
El pasado mes de abril se cumplían cuatro décadas de la muerte de Alfred Hitchcock, uno de los directores más influyentes de la historia del cine. Su carrera abarcó seis décadas, y dejó para nuestro deleite obras maestras del celuloide, así como asociaciones que en nuestra cotidianidad nos remiten a alguna de las piezas de su filmografía.
El apodado como “mago del suspense” fue capaz de crear un estilo y lenguaje propios, marcados por el contundente poso de sus inicios en el cine mudo. Su trabajo está plagado de rasgos distintivos e icónicos –incluidos sus propios cameos- y en él vuelca una y otra vez sus obsesiones e inquietudes, remitiéndonos en ocasiones a los mismos temas.
Además, su visión del séptimo arte quedó plasmada en uno de los textos más importantes de la literatura cinematográfica, El cine según Hitchcock, obra de François Truffaut fruto de las conversaciones mantenidas entre el realizador británico y uno de los más conocidos componentes de la Nouvelle vague francesa.
Manuel Benito