11/06/2018
El adiós de las Carmelitas Misioneras Teresianas: “gracias por acoger nuestra entrega”
El obispo de Zamora ha presidido la Misa de despedida de las Carmelitas Misioneras Teresianas, ya que la congregación se marcha después de 34 años de servicio en la Casa Sacerdotal “San José”. A partir de ahora Cáritas Diocesana gestionará esta institución.
Zamora, 11/06/18. La iglesia de San Andrés ha acogido en el mediodía de hoy la eucaristía de despedida diocesana y acción de gracias a las Carmelitas Misioneras Teresianas, a raíz de que este instituto religioso deje, tras 34 años, el trabajo en la Casa Sacerdotal “San José”, donde han cuidado y servido a decenas de presbíteros de la Diócesis de Zamora.
La Misa ha sido presidida por el obispo, Gregorio Martínez Sacristán, y concelebrada por un buen número de sacerdotes. A las 6 religiosas que se marchan de Zamora las han acompañado también su superiora provincial, la hermana Olga Olano, y representantes de otros institutos de vida consagrada presentes en la Diócesis, además de varios fieles.
Martirios todos los días
En su homilía, el prelado situó la celebración en la memoria litúrgica de San Bernabé, apóstol, ya que “evocar a San Bernabé, recordarlo, es evocar y recordar los orígenes de la Iglesia, esos orígenes marcados por la valentía, por la fidelidad al Evangelio y por la firmeza. Al mismo tiempo, asumiendo las consecuencias de la valentía, de la fidelidad y de la firmeza: el martirio. El martirio es la expresión última, pero martirios hay más pequeños, todos los días”.
También indicó que en la eucaristía, “esta acción de gracias que la Iglesia realiza sobre el altar, colocamos nuestras pequeñas acciones de gracias. En esta mañana, ponemos ante el altar la acción de gracias que hacemos la Iglesia de Dios en Zamora por nuestras hermanas que han estado 34 años al servicio de la Casa Sacerdotal, nuestra Casa Sacerdotal”.
Por eso, subrayó, “en nombre de toda la Diócesis, quiero expresar mi más sincera y ferviente y clara acción de gracias a vosotras, hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, por este tiempo que habéis estado a nuestro servicio. Como me dijo en Roma la que hoy es vuestra superiora general, ‘tenemos muy a gala tener esta experiencia de Zamora como congregación’. Espero que ahora que termina, y no termina por el obispo, sino porque la congregación lo ha decidido así, continúe esa sensación, esa experiencia, también en vosotras, de haber pasado en Zamora una etapa feliz, eclesial, de la que no os arrepentiréis nunca”.
Y monseñor Martínez Sacristán añadió: “dondequiera que estéis, dondequiera que vayáis las que ahora estáis en el último eslabón de esta cadena, donde han estado muchas hermanas antes que vosotras, contaréis siempre, donde haya un zamorano, con el agradecimiento y el recuerdo”.
Agradecimiento y oración
En esta acción de gracias, dijo, “deseo también poner al resto de hermanas que han estado en esta casa, y algunas, quizás la mayoría, están ya en la presencia del Señor porque han muerto. Otras están en otros lugares de España. Para las que han muerto, va nuestra oración sincera y fraterna, y para las que viven, también nuestro agradecimiento”.
El obispo aseguró que ha hecho “aun estando enfermo, recién operado, todo lo posible, y más de lo posible, por dotar a la Casa Sacerdotal de continuidad”. Ahora, añadió, “espero que los sacerdotes que estáis residiendo en ella, pongáis también vuestro grano de entrega, añadáis… ¿Cómo, en qué sentido? Creando una familia fraterna en la Casa. La Casa que no tiene más Madre que la Virgen María. Los sacerdotes sabemos que no hay más Madre que la Virgen María, y nosotros debemos procurar crear un clima de verdadera familia, donde todos podáis disfrutar en los últimos años de vuestra vida de paz, alegría, serenidad, ayuda mutua”.
“Eso deseo de todo corazón. Y que lo transmitáis, que salga fuera de los muros de la Casa, esta imagen, y que sea conocida y vivida por toda la Diócesis como una imagen buena, creada por vosotros mismos”, exhortó a los curas residentes. Y se dirigió a los demás para decirles: “la Casa Sacerdotal es vuestra, vuestra, vuestra. Por tanto, si es vuestra, no podéis utilizar sólo a los sacerdotes para que os ayuden. Como es nuestra, hay que venir, hay que estar, hay que comer, hay que compartir con los sacerdotes que residen allí. No se puede vivir en pisos buenos y después hablar, sin ver, sin estar, sin visitar, sin acudir…”.
Nueva gestión: Cáritas Diocesana
Monseñor Martínez Sacristán se refirió también a la nueva etapa de la Casa Sacerdotal, y desveló que la gestión se encomienda ahora a Cáritas Diocesana de Zamora, después de haberse tratado en una reciente sesión extraordinaria del Consejo Presbiteral. Y mostró su deseo de que esta nueva gestión “sea buena y repercuta en beneficio de todos vosotros”, dirigiéndose al clero.
“Colaboremos todos en que esta experiencia salga bien, porque así ha sido pensada, proclamada y diseñada. Y nosotros en Zamora podemos presumir de pocas cosas, pero de una sí podemos presumir: somos una Diócesis pequeña, pobre, despoblada… pero tenemos una Cáritas floreciente, con experiencia, con dedicación. Qué mejor que situarla también en el corazón de la residencia sacerdotal para que los sacerdotes mayores puedan beneficiarse de ella”, señaló.
A los nuevos vicario y delegado
A continuación se dirigió a Antonio Jesús Martín de Lera, nuevo vicario episcopal para Asuntos Sociales: “querido hermano Antonio Jesús, tengo que anunciarlo yo, porque parece que los medios no lo han anunciado, y no saben que vicario es más que párroco, delegado… Ha sido nombrado por mí vicario episcopal para Asuntos Sociales y será parte, por tanto, del equipo del Consejo Episcopal, conmigo”.
También tuvo unas palabras para el nuevo delegado diocesano de Medios de Comunicación Social, Juan Carlos López Hernández, al que recordó el mucho trabajo que le espera, y le encomendó especialmente “que te emplees a fondo en lo que está pasando en Aliste con ese pseudo informador, que su tarea mayor es derribar, atacar al obispo, sea como sea. Acaso con la anuencia de algún cura de Aliste, pero así es. Eso hay que denunciarlo. Porque, entre otras cosas, cobra según publica: a más líneas, más cobra. Eso hay que atacarlo de raíz”.
Y reconoció la disponibilidad de López, señalando que “tu libertad de laico, tu dedicación a esta causa que yo agradezco de todo corazón que tú hayas aceptado a pesar de todas las limitaciones, será bienvenida para bien de la Iglesia de Zamora”.
El gozo de la entrega
El obispo diocesano concluyó su homilía deseando que “esta eucaristía, donde se nos da el Cuerpo del Señor, alimento nuestro, viático para el camino y para la vida, fortalezca nuestra condición de discípulos misioneros”, aludiendo así al objetivo pastoral diocesano para este curso 2017/18.
Y de nuevo se dirigió a las religiosas diciéndoles: “muchas gracias. Que el Señor os bendiga donde estéis y donde vayáis. Aquí podéis volver siempre que queráis. Ha sido un placer el conoceros y que nos hayáis prestado este servicio. Que la Virgen, nuestra Madre, os lleve siempre de su mano, y os conceda el gozo y la alegría de haberos entregado a Jesucristo en cuerpo y alma, enteramente, como se entrega un consagrado o una consagrada. Enteramente a Jesucristo y a su santa Iglesia. Que así sea”.
En los sacerdotes, han servido a Cristo
Al concluir la eucaristía, la hermana Olga Olano, superiora provincial de las Carmelitas Misioneras Teresianas, tuvo unas palabras de reconocimiento y agradecimiento en nombre del instituto religioso que deja ahora la Diócesis de Zamora. Puso así voz a las hermanas que “a lo largo de estos años han tenido la oportunidad de realizar su misión atendiendo a los sacerdotes residentes de esta casa”.
“Si ellas pudieran decir una palabra, la más común sería: gracias. Gracias a Dios. Gracias a la congregación que las envió y gracias a la Iglesia concreta que en esta tierra las acogió, y acogió su capacidad de entrega y de servicio. Gracias a cada uno de aquellos hermanos sacerdotes a quienes han podido servir, y en quienes han servido a Cristo”, explicó.
Porque, como destacó, “cuando una hermana se entrega al servicio de los demás, al servicio de la Iglesia, ésta, ciertamente, le devuelve el ciento por uno. Os puedo asegurar que las hermanas han vivido con gozo su paso por esta Casa y por vuestras vidas. Os puedo asegurar, hermanos sacerdotes, que las hermanas os llevan en el corazón y seguirán orando por vosotros. Sé que vosotros también vais a seguir orando por ellas, por nosotras”.
“Hoy nos toca emprender otro camino. Todos somos peregrinos. Tanto las personas como las instituciones tenemos nuestra ruta que recorrer. Dios sabe el cómo y el porqué de cada cosa, y lo dejamos en el corazón de Dios. Que los lazos que tenemos con esta querida Diócesis de Zamora los podamos seguir manteniendo”, concluyó.