01/03/2015
Zamora celebra a San Juan Bosco
La familia salesiana de Zamora ha celebrado recientemente el bicentenario de su fundador, Don Bosco. Recogemos en este reportaje, publicado en la hoja diocesana, lo más importante de esta efeméride en nuestra Iglesia local.
Zamora, 1/03/15. La familia salesiana de Zamora, formada actualmente por 5 consagrados (cuatro sacerdotes y un salesiano laico) y 9 mujeres pertenecientes al instituto secular Voluntarias de Don Bosco han celebrado este año el Bicentenario del nacimiento de su fundador: San Juan Bosco.
Todo comenzaba en la tarde del viernes 30 de enero con un festival realizado con la participación de los niños y jóvenes de la catequesis de iniciación cristiana de la parroquia de María Auxiliadora y del centro juvenil salesiano. En la jornada del 200 cumpleaños de Don Bosco más de 250 personas se reunieron en el salón de actos del IES Universidad Laboral de Zamora para homenajearle y recordar su carisma.
Al día siguiente, fiesta de San Juan Bosco, se celebró una comida fraterna de toda la Familia Salesiana a la que asistió el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, así como representantes diocesanos y autoridades civiles de la ciudad. Por la tarde, tuvo lugar la solemne eucaristía presidida por el prelado, a la que asistieron representantes y superiores de las demás congregaciones e institutos de vida consagrada y más de dos centenares de fieles, familia salesiana y amigos de la Obra Salesiana.
El primer domingo de febrero, en un acto simbólico y muy visual, niños y jóvenes volvieron a rendir homenaje al fundador de la Obra Salesiana con la suelta de más de 200 globos en el atrio de la iglesia parroquial de María Auxiliadora. Además, los niños, adolescentes y sus familias formaron en el suelo, con sus cuerpos, el siguiente mensaje: “200 corazones. Gracias”. Tras la eucaristía dominical con los niños de la catequesis y sus familias, una treintena de antiguos animadores del Centro Juvenil Salesiano compartieron recuerdos y agradecieron todo los que había supuesto en sus vidas encontrarse con Don Bosco.
El 7 de febrero se celebró el Día del Carisma Salesiano con la familia salesiana de Zamora. En este día, se habló de la presencia de San Juan Bosco en la sociedad hoy y especialmente entre los jóvenes. Los salesianos, con el mensaje de Don Bosco como referencia, se plantearon cuestiones como las siguientes: “Y nosotros ¿qué podemos hacer por los jóvenes? Sin duda, no todos podemos ni debemos estar con ellos, pero sí es verdad que todos –por encima de nuestras dificultades de edad y otras– podemos y debemos estar para los jóvenes. Apostar por ellos y apoyar a quienes les están acompañando, educando y ayudando”. El día finalizó con la Misa y la renovación de la fidelidad al carisma que han recibido del fundador.
La obra salesiana en Zamora
Los salesianos trabajan en Zamora, fundamentalmente, en cuatro campos de la misión salesiana: dirección y animación pastoral de la Parroquia de María Auxiliadora en torno al templo de la antigua Universidad Laboral, animación pastoral e intervención socioeducativa en el tiempo libre con el Centro Juvenil Salesiano Trascampus, la docencia en Enseñanza Religiosa Escolar en varios institutos públicos de secundaria y la animación de los grupos de Familia Salesiana (Voluntarias de Don Bosco, Asociación de María Auxiliadora, Antiguos Alumnos y un pequeño grupo de Salesianos Cooperadores en formación).
• A la parroquia acuden más de 600 personas semanalmente. Destaca por los más de 250 niños y adolescentes integrados en los grupos de catequesis de iniciación cristiana (Primera Comunión y Confirmación).
• En el Centro Juvenil hay inscritos más de un centenar de niños y adolescentes que pasan semanalmente por las actividades realizadas por las tardes de lunes a sábado. Las actividades más consolidadas son los grupos de fe y de tiempo libre, Andaina y ADS y un Aula de Apoyo al Estudio para ESO por la que pasan a la semana más de 30 adolescentes. Recientemente han puesto en marcha una Agencia de Colocación Laboral, abierta al público en general, aunque preferentemente al juvenil.
• Dos salesianos están impartiendo clases de Religión Católica en 3 institutos de la ciudad, con más de 300 alumnos en total.
• En los distintos grupos de familia salesiana participan asiduamente más de 150 miembros, aunque el número total de los inscritos pueden llegar al medio millar. VIKY ESTEBAN
Don Bosco, para todos y “para todos los tiempos”
Si los santos son un regalo para sanar alguna llaga de la Historia, se explica que la vida de Don Bosco se extienda no sólo a lo largo de los años, sino también del espacio. Su presencia, alentadora para los muchos que forman su Familia Salesiana y los muchísimos jóvenes que reciben su caricia, se siente hoy en más de ciento treinta países. ¡Y ojalá pusiese ser en otros tantos más!
Los muchachos, más o menos abandonados, que convivieron con él siguen siendo también hoy los que crecen en número y abandono en todo el mundo. Y no sucede sólo en naciones y ciudades como Camboya, Vietnam, Korea, Hong Kong, Mongolia, Damasco, Indonesia, Costa de Marfil, Sudáfrica, Guinea, Bolivia, Nueva York, Bolivia, Buenos Aires… sino allí donde el abandono y tantas formas de pobreza lo reclaman. Él tuvo que dar pan y dio educación y sentido cristiano de la vida a los que vagaban por las calles de Turín buscando un “patrocinador” que los condujese hacia las chimeneas de las casas con vistas al invierno.
Pero negros de hollín y pobres de dineros, de familia y de afecto, encontraron en la humilde casa de Valdocco el amor sin medida de un padre que lo era todo para ellos. “¡Don Bosco –le dijo alguno de ellos– usted se eviscera por nosotros!”. Lo ha hecho después y lo sigue haciendo hoy y lo hará mañana con millones de muchachos necesitados de atención, de respeto, de aprecio, de afecto, de fe en sí mismos, de un compañero para una vida muchas veces difícil sin necesidad de que lo sea.
Lo decía hace poco un muchacho sudanés al terminar un curso elemental en un centro de formación profesional al volver a su campamento de refugiados: “¡Don Bosco ha hecho demasiado por mí!”. ALBERTO GARCÍA-VERDUGO