El Corpus engalana la ciudad

En una jornada de sol radiante, la ciudad engalanó sus calles para celebrar uno de los momentos más relevantes del calendario litúrgico: la solemnidad del Corpus Christi.

En la catedral de Zamora, a las 10:00 horas, se inició la celebración presidida por el obispo, en la que se resaltó la presencia de Cristo en la eucaristía, instituida el Jueves Santo durante la última cena. La participación de buena parte del clero del arciprestazgo de Zamora, del Coro San Alfonso, de muchos niños y niñas que han celebrado su primera comunión, sus familias y catequistas junto a hermandades, cofradías ayudó a la solemnidad del acto que, una vez terminada la misa, continuó por las calles de Zamora hasta la Plaza Mayor.

Durante el trayecto, y con el repique de campanas de la Catedral, se escuchó la música de la Banda Municipal y la de la Banda de Jesús Nazareno. Los estandartes de los colectivos participantes, la Tarasca y los gigantes, los cantos y las oraciones sirvieron para dar un color festivo a la celebración y rendir público testimonio de fe y piedad hacia el sacramento. La custodia de plata que portaba al Santísimo recorrió las calles engalanadas con alfombras de flores y altares, haciendo las preceptivas paradas entre los muchos fieles que contemplaban la procesión. Sin duda, una de las estaciones más emotivas fue la de la puerta de la iglesia del Tránsito con los niños recién bautizados y sus padres.

La procesión concluyó en la Plaza Mayor, donde esperaba la Virgen de la Concha en las arcadas del ayuntamiento y donde el obispo, Fernando Valera, bendijo solemnemente a los fieles y a la ciudad ante el altar construido para la ocasión. Durante la mañana la parroquia de San Juan ambientó la Plaza mayor con reflexiones, lecturas de poemas y los cánticos de su coro.

Desde el Cabildo Catedral y la Hermandad del Corpus quieren agradecer la colaboración recibida por todos los participantes en esta manifestación de devoción religiosa que celebra la identidad y las tradiciones de la ciudad.