17/02/2023
La radicalidad del Evangelio impresiona a Zamora
Los Hermanitos y Hermanitas del Cordero se despiden hoy de Zamora. Tras una semana en la ciudad, esta comunidad de origen francés vuelven a Navalón en Valencia para continuar el ritmo habitual de su vida en sus conventos. "Una vida contemplativa, de pobreza elegida y trabajo diario", como explica el hermanito Domingo, nacido en Almería. Y es que el carisma de la Comunidad del Cordero que data de los años 80 radica en una vivencia radical del Evangelio, destacando la vida mendicante, la vida fraterna y la vida en misión; teniendo siempre en el horizonte el testimonio de Santo Domingo y San Francisco.
Tres hermanitas y dos hermanitos de la Comunidad del Cordero han dado testimonio en la diócesis de Zamora, visitando varias parroquias de la capital y participando en algunos de los encuentros más relevantes. En todas las ocasiones, han aprovechado para compartir la oración y también su testimonio. Zamora ha sido testigo de la vida mendicante de los hermanitos y las hermanitas. "Salimos todos los días al mediodía, llamamos a algunas puertas y pedimos para comer. Nos pasan cosas muy bonitas, somos testigos del milagro. La mayor parte de las veces nos invitan a pasar y a compartir la comida con las familias", apunta la hermanita Maika, nacida en Murcia.
En Zamora han despertado la curiosidad e incluso el desconcierto de los ciudadanos e incluso de la Policía Nacional. Explica jocoso el hermanito Domingo que les requirieron la documentación los agentes de Policía y cuando corroboraron quienes eran, les llevaron en el furgón policial hasta la zona de la catedral donde los hermanitos se han alojado esta semana. Por su parte, la hermanita Maika explica que la gente se les ha acercado para interesarse por su forma de vida y han encontrado "amabilidad y una ciudad muy acogedora".
Actualmente, la Comunidad reúne a ciento sesenta hermanitas y a unos treinta hermanitos de diferentes países. Los hermanitos y hermanitas comparten un mismo Propósito de vida y pueden reunirse para los oficios litúrgicos. Ahora bien, su vida comunitaria y doméstica tiene un marco separado, existiendo fraternidades propias de hermanitos por un lado y de hermanitas por otro.