28/07/2022
Riego del Camino: un pueblo que se une para salvar su iglesia parroquial
Y los vecinos se pusieron en marcha. Y se dieron cuenta de que juntos eran más fuertes. Y de que el camino por arduo que resulte siempre se recorre mejor en compañía. No han hecho nada más que empezar, pero los habitantes de Riego del Camino están demostrando que basta con pararse, hablar y pensar el futuro para conseguir los objetivos que se propongan.
Así ha ocurrido en este pueblo a medio camino entre Zamora y Benavente, una localidad pequeña, pero que cree en sus posibilidades y que se ha puesto manos a la obra para iniciar la recuperación de su iglesia parroquial. Viendo lo que ya han sido capaces de hacer, es cuestión de esperar a que se cumpla definitivamente el sueño de devolverle la consistencia al espacio que acompañó a tantos vecinos en sus momentos más sagrados.
Y es que, de un tiempo a esta parte, en eso andan empeñados los lugareños de esta parroquia. Fue Don Santiago, el párroco recién jubilado, el que dio la señal de alarma al observar que el viejo templo en el que sirvió pastoralmente durante casi dos décadas demandaba una actuación integral que permitiese asegurar su estructura. Trasladó la situación a los responsables diocesanos que, tras los trámites oportunos, consideraron prioritaria una actuación en su debilitada estructura. De este modo, se incorporó el proyecto de restauración en el convenio que la Diputación firma anualmente con el Obispado y ambas instituciones, al 50%, ya están buscando vías de solución a un templo que, desde siempre, fue mantenido con extraordinaria generosidad por los propios vecinos del pueblo. Tal y como apunta Ortega Vicente, administrador parroquial y oriundo del lugar, “la gente del pueblo siempre cuidó su iglesia: interviniendo en retejos, arreglando el suelo e incluso en la restauración del retablo; Otros como Pedro, el carpintero, detectó y trató el problema de termitas, o Miguel, el herrero jubilado y autor de algunas obras para la Semana Santa de Zamora, regaló y colocó la veleta que corona la iglesia”.
Conocido el problema, se decidió cerrar la iglesia al culto. Durante un año y medio, el medio centenar de vecinos que asistían asiduamente los domingos a misa tuvieron que celebrar en las antiguas escuelas del pueblo. Desde diciembre de 2021, sin embargo el templo volvió a acoger a la comunidad que en estos meses dobla su participación en el culto, tal y como explican Edgardo y Ortega, sus administradores actuales. No obstante, reconocen que “pese a los problemas estructurales quienes participan en las celebraciones s no corren riesgo porque la zona está debidamente perimetrada y es segura para todos”.
En línea con los nuevos aires que la Iglesia vive a nivel universal, y que particularmente llegan también con fuerza a las iglesias particulares como la de Zamora, la comunidad parroquial creó una comisión para abordar la recuperación integral del templo. Míkel, Jesús, Pedro y Felipe fueron los elegidos y, junto a los dos jóvenes sacerdotes, ya han puesto en marcha difernetes actividades para recaudar fondos, vigilar el estado del edificio y darle cobertura suficiente a quienes abordarán las reparaciones necesarias. A día de hoy, en torno a algunas fechas significadas del calendario litúrgico como Semana Santa, el Cristo de la Vera Cruz o San Antón, la Comisión ha organizado comidas de fraternidad, bailes, rifas e incluso las señoras del pueblo han elaborado manualidades para ponerlas a la venta y aumentar la hucha. Todo con el objetivo de sumar esfuerzos para contribuir a la recuperación de su iglesia parroquial.
Las diferentes actividades han reportado cerca de 4000€, una cantidad todavía pequeña, pero que desde la comisión esperan incrementar en breve cuando los hijos del pueblo regresen a Riego durante el mes de agosto. Porque la iglesia es de todos y a todos compete mantenerla en el mejor estado, no solo a los que durante el año viven en el pueblo sino a también a quienes se criaron en Riego y, por unas razones u otras, hoy solo regresan al reclamo de la fiesta, de la familia o del descanso.
Una iglesia parroquial en pie es una bonita manera de mantener vivas las raíces de un pueblo. Y en eso están los de Riego del Camino. Una buena manera de entender la sinodalidad y la pertenencia a una comunidad cristiana y a la tierra que les vio nacer.