29/12/2024
"Tenéis la tarea de llevar la esperanza donde se ha perdido"
En una jornada marcada por la emoción y la comunión de los fieles de esta iglesia, la diócesis de Zamora ha inaugurado el Jubileo de la Esperanza con la apertura de la "puerta santa" del corazón de Dios, un acto que ha reunido a más de medio millar de fieles provenientes de todos los arciprestazgos de la iglesia que peregrina en Zamora. La celebración, que ha tenido lugar en la Solemnidad de la Sagrada Familia, se convirtió en un momento único de unión y esperanza para los fieles de esta porción de la Iglesia.
La jornada comenzó a las 17.00 horas con la peregrinación de cada uno de los siete arciprestazgos de la diócesis desde siete templos del Casco Histórico hasta la catedral, donde se celebró la solemne eucaristía, una vez que accedieron al primer templo diocesano todos los peregrinos. Además, cada uno de los siete arciprestazgos inició su peregrinación con un santo o una imagen de devoción significativa en su territorio por la práctica de las obras de misericordia.
Las imágenes de devoción
Arciprestazgo de Aliste-Alba: San Roque.
Arciprestazgo de Benavente-Tierra de Campos: San Vicente de Paúl.
Arciprestazgo de El Pan peregrinarán: San Antonio, abad.
Arciprestazgo de Toro-La Guareña: San Agustín.
Arciprestazgo de Sayago: San Martín de Tours.
Arciprestazgo de El Vino: Santa Rita
Arciprestazgo de Zamora-Ciudad: Cristo Resucitado.
"La puerta del corazón se abre para ti"
El obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera, y el obispo emérito Mons. Francisco Simón, fueron los primeros en acceder a la S.I Catedral de Zamora por su “puerta santa”. Les siguieron más de un centenar de sacerdotes diocesanos; así como una enorme representación de fieles llegados desde los distintos territorios de la diócesis. La catedral se quedó pequeña para albergar a todos, un circunstancia que el obispo de Zamora aprovechó para decir: “No podemos tenerlo todo. Tenemos el cimborrio más bonito, pero la catedral más pequeña de Castilla y León”.
El obispo de Zamora, en su homilía, subrayó el significado profundo de este jubileo. "La puerta santa del corazón de Dios se abre para ti", proclamó, invitando a todos a recibir a Jesús, quien nace para todos los hombres y mujeres de Zamora. Con Él, aseguró, "florece la alegría", "la vida cambia" y "la esperanza no defrauda".
En este contexto, Mons. Valera hizo un llamado a vivir las palabras de San Pablo: "Permaneced en mi amor", lema episcopal, también del obispo de Zamora, que invita a todos a permanecer en el amor de Dios para renovar la esperanza en medio de las dificultades de la vida.
"Hoy la puerta de la esperanza se abre de par en par en esta Iglesia que peregrina en Zamora", expresó don Fernando, destacando que este jubileo no es solo un tiempo de reflexión, sino también una oportunidad para sanear las heridas de la tierra zamorana, que ha experimentado tantas dificultades. "Hay esperanza porque Dios perdona siempre, y su misericordia nos precede", afirmó.
En su homilía, recordó el relato del Evangelio de la Sagrada Familia, donde Jesús es presentado en un contexto humano, familiar, como un adolescente que busca su identidad y autonomía, pero que también enseña que el vínculo espiritual es más importante que el lazo de sangre.
Así, invitó a los fieles a caminar juntos, acompañados por la familia de la Iglesia, en la misión de descubrir y cumplir la voluntad de Dios.
El obispo de Zamora recordó las palabras del Santo Padre: “La esperanza cristiana no es un final feliz que se espera pasivamente, sino la promesa del Señor que debemos acoger en el aquí y ahora". Ahondó en la idea de no dejarse abandonar en la rutina: "No nos detengamos en la mediocridad", dijo, citando a San Agustín, y llamó a ser "peregrinos en busca de la verdad", llevando esperanza donde más se necesita.
En un momento especialmente emotivo, el prelado zamorano instó a los presentes a llevar la esperanza "allí donde se ha perdido", en los lugares de sufrimiento, traición, fracaso, soledad y pobreza, como en las cárceles o en los hogares de los más necesitados. "Nuestra misión es llenar de esperanza nuestra iglesia de Zamora", expresó, reafirmando el compromiso de la diócesis en llevar el mensaje del Evangelio a cada rincón de Zamora.
La homilía del obispo culminó con una invitación a vivir la indulgencia plenaria, que permite recibir el perdón divino y la renovación espiritual, y a permanecer en el amor de Cristo, en comunión con todo el pueblo de Dios.
“Qué agradecido estoy a esta Iglesia que me acoge, me protege y me sostiene en el misterio del amor y en el misterio de la Cruz ¡Cuantos signos de su misericordia he podido vivir en estos cuatro años! Gracias de corazón”, expresó el prelado.
2025, un año de gracia
Este Jubileo de la Esperanza, que se extenderá durante todo el próximo año, es una ocasión especial para todos los fieles zamoranos, un momento para renovar la fe, el compromiso cristiano y la esperanza en un futuro mejor. La diócesis de Zamora, a través de esta apertura jubilar, reitera su vocación de ser un faro de luz y esperanza en tiempos de adversidad.