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Un Corpus que dejó pequeña la Catedral
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11/06/2023

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Un Corpus que dejó pequeña la Catedral

Zamora, 11 de junio de 2023. Los niños que han celebrado durante este año su primera comunión, sus familiares y amigos, miembros de las cofradías, asociaciones, movimientos y fieles del pueblo de Dios han abarrotado la Catedral en una jornada en la que la centralidad de la eucaristía convocó a todos a reconocer en el pan y el vino al mismo Dios encarnado en su Hijo.

El obispo de Zamora ha presidido en esta mañana de domingo la solemnidad del Corpus Christi en una catedral que presentó un lleno absoluto de fieles que abarrotaban todas las naves del templo. En su homilia, Valera reivindicó que la eucaristía es sobre todo signo de amor y que “el pobre es el mismo Jesus bajo las apariencias de su cuerpo maltrecho”. Por eso la opción creyente es, desde la eucaristía, servir a los pobres, “besar las heridas de las personas”. Quienes se acercan a la eucaristía están llamados a ir por todo el mundo y “proclamar que el Reino está cerca”. Fernando Valera animó a todos a “acompañar a los que más necesidad tienen” y a que los niños que hoy acompañan a Jesús por las calles sean signo de ese amor por los demás. Subrayó Monseñor Valera que “el señor no cesa de suscitar gestos de caridad en su pueblo que camina. Vosotros no dejaréis que se os robe la esperanza si permanecéis en Jesús”. Añadiendo unas palabras del papa Francisco, afirmó “si adoráis a Cristo y camináis con el vuestra iglesia crecerá en la fe”. En los momentos difíciles de manera especial hay que acercarse a la eucaristía para dejarnos acompañar por quien se ha acercado a nosotros en la ternura de su amor.

Posteriormente, la procesión recorrió las calles alfombradas por el romero desde la Plaza de la Catedral hasta la Plaza Mayor. Gigantes, la banda de música de Zamora, grupos folclóricos, niños vestidos con sus trajes de primera comunión, familiares y multitud de zamoranos aprovecharon el buen tiempo para acompañar a Jesús sacramentado en su recorrido por el casco histórico de la ciudad. A lo largo del itinerario fueron varios los altares adornados con imágenes y flores para significar la belleza de la eucaristía, destacando el que se dispuso en el Convento del Corpus Christi, más conocido como el Convento del Tránsito, con cinco recién nacidos que esperaron pacientemente a la procesión.

La Plaza Mayor estaba presidida en un altar por la Virgen de la Concha, una costumbre secular que nace de un privilegio que se conserva en una tabla del obispado del siglo XVI en la que reza que esta figuraría delante de la custodia. Allí fue donde el obispo hizo la última oración delante de los centenares de fieles que participaron en la procesión.

La solemnidad del Corpus Christi se inició el viernes con una catequesis introductoria para todos los niños que han participado en la solemnidad del Corpus el domingo. Continuaron los actos el sábado por la tarde cuando se rezaron las vísperas con la presencia de la Virgen de la Concha, patrona de la ciudad de Zamora, que había llegado en porocesion junto a La Tarasca, alegoría de la historia del bien sobre el mal. 

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Conferencia de José María Calderón Castro, director de OMP.
Conferencia de José María Calderón Castro, director de OMP.
El jueves 24 de abril visitará Zamora José María Calderón, director de las Obras Misionales Pontificias para impartir una conferencia en el marco de El Club La Opinión-El Correo de Zamora. La conferencia tendrá lugar en el Teatro del Seminario San Atilano de Zamora a partir de las 20:00 horas. Acompañarán al ponente, Carmen Ferreras y Luis Zurrón , misionero del Verbo Divino. Este acto se enmarca en las celebraciones de la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino, con motivo de la celebración los 150 años de su fundación y los 80 de su presencia en España. Biografía de José María Calderón: José María Calderón Castro nació en Madrid en 1963. Ordenado en 1989, ha ejercido su ministerio sacerdotal en diversas parroquias de la diócesis de Madrid. Se licenció en Teología -especialidad en Moral-, y ha sido, entre otras muchas tareas, consiliario diocesano de Acción Católica, consiliario diocesano de Manos Unidas y, desde 2007, delegado episcopal de misiones y director diocesano de OMP de Madrid. Muy vinculado al mundo misionero, ha colaborado con las Misioneras de la Caridad como capellán y confesor, y desde 2023 como coordinador internacional del Movimiento Corpus Christi, fundado por Madre Teresa de Calcuta para sacerdotes diocesanos. Ha tenido experiencias misioneras de verano con jóvenes en países como Etiopía, Cuba, Sierra Leona, Rumanía, Ghana, Mozambique… En 2019 fue nombrado director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), la institución de la Santa Sede encargada de promover entre las comunidades cristianas el espíritu misionero y de canalizar las aportaciones de los fieles de todo el mundo hacia los territorios de misión. En 2020 fue nombrado miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en representación de los directores nacionales de OMP de todo el mundo. En 2022 fue nombrado miembro del Consejo de Administración de Domus Missionalis (Casa Misional) que sostiene los colegios misioneros de Roma, donde viven 500 jóvenes de los territorios de misión. Cinco años después de su primer nombramiento como director nacional de OMP, la Santa Sede vuelve a confiar en él para seguir al frente de la institución un quinquenio más. En este tiempo ha impulsado especialmente la comunicación institucional de Obras Misionales Pontificias -con la renovación de la identidad corporativa y una apuesta por los medios de comunicación-, y la vocación misionera, especialmente entre los jóvenes. Durante su mandato se han instaurado los premios misioneros anuales Beata Paulina Jaricot y Beato Paolo Manna para reconocer la labor de los misioneros y las instituciones que las apoyan respectivamente. Además, en estos cinco años, han tenido lugar eventos misioneros tan importantes como el Mes Misionero Extraordinario, convocado por el Papa para 2019; y el año 2022, en el que se celebraron varios centenarios misioneros bajo el lema “A hombros de gigantes” -entre otros, el 200 aniversario del nacimiento de la Obra de la Propagación de la Fe, y los 100 años de la asunción de las Obras Misionales como Pontificias-.
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“Llamados a vivir una profunda experiencia de Dios”
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La Santa Iglesia Catedral de Zamora ha acogido esta mañana la celebración de la Misa Crismal. La eucaristía, presidida por nuestro obispo don Fernando, ha contado con una amplia presencia del presbiterio de Zamora. Durante la celebración, el presbiterio zamorano, unido a su obispo, ha renovado las promesas sacerdotales que el día de su ordenación sacerdotal. En la celebración, que ha comenzado a las 12:00 horas de la mañana y ha podido ser seguida a través del canal de Youtube del Cabildo de la Catedral, participaron fieles y consagrados de las distintas parroquias y realidades de la diócesis. La Misa Crismal, que antecede al Triduo Pascual, dirige la mirada hacia la llegada de la Pascua, ya que en ella se bendice el óleo de los catecúmenos, para la celebración de los bautismos, el de los enfermos y se consagra el Santo Crisma, para la unción de bautizados, confirmandos y ordenandos. En su homilía, D. Fernando recordó que los sacerdotes están llamados a caminar hacia la santidad, siendo hombres con una profunda experiencia de oración. Esta oración debe ser constante, incluyendo súplica, agradecimiento y alabanza. Un corazón enamorado de Dios reconoce el cielo en lo más sencillo y busca las gracias necesarias para su gente. Dicha santidad llama también al obispo a vivir en su vida la caridad pastoral, cuidando las preocupaciones y debilidades de los presbíteros y entregando su vida por Cristo y la diócesis. La santidad de los presbíteros se da en la unión sacramental con sus hermanos sacerdotes y el obispo, en la fidelidad y cooperación generosa. El Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Gaudete et exultate, llama a la santidad desde el aguante, la paciencia y la mansedumbre. Estas actitudes atraen, pacifican y dan serenidad, formando un corazón humilde que irradia alegría a su alrededor. La fraternidad sacramental es esencial, ya que cuando un sacerdote sufre, todos sufren, y cuando uno está herido, todos lo están. Finalmente, la santidad pasa por un corazón desprendido y servidor, como el de María, que transmite felicidad y alegría. Los presbíteros deben vivir la acogida cordial, humilde, intercesora y hospitalaria, con una profunda experiencia de Dios. La fecundidad pastoral nace de la mansedumbre y la acogida cordial, velando por el santo Pueblo de Dios y esforzándose por ser personas corteses, serenas, entusiastas y alegres. Esta llamada a la santidad es, en Palabras de D. Fernando, a seguir configurándose con Cristo, Buen Pastor, pues: “Ser santo es permanece por gracia en un ministerio vivo, que se deja mirar a los ojos, se deja interrogar: “¿También tú, quieres marcharte? Por eso, di en tu corazón, cuando renueves las promesas: Sí. Señor, quiero permanecer en tu amor. ¿A dónde iré lejos de tu rostro? ¿A dónde iré lejos de tu mirada?”
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La diócesis celebra, como cada año, el Miércoles Santo la Misa Crismal. La celebración tendrá lugar a las 12h. en la S.I. Catedral del Salvador. A la celebración, presidida por nuestro obispo D. Fernando, están convocados todos los sacerdotes para la renovación de sus promesas presbíterales. A continuación, todos los sacerdotes compartirán una comida fraterna en el Seminario-Casa de la Iglesia. En palabras del Vicario para la Delegación de Comunión Fraterna, D. Juan Luis Martín Barrios, esta celebración: "En el marco de la Semana Santa, la celebración de la Misa Crismal tiene un rico y hondo significado para los cristianos. Dicha celebración quiere reconocer a Jesucristo, ungido hasta la plenitud por el Espíritu Santo, para ser Profeta, Sacerdote y Señor de su pueblo. Quiere, asimismo, expresar la unidad de todo el presbiterio en torno a Cristo y al obispo y estimular su fidelidad en el servicio a toda la comunidad diocesana. Dicha celebración tiene un alto significado sacramental, pues expresa la unidad de la diócesis en la variedad de sus ministerios y carismas distribuidos en los presbíteros, laicos y consagrados". ¿Qué es la Misa Crismal? La Misa Crismal es una de las celebraciones litúrgicas más importantes en la Iglesia Católica, y se lleva a cabo durante la Semana Santa, nuestra diócesis lo celebra habitualmente el Miércoles Santo por la mañana. Esta misa tiene un significado profundo y varios aspectos clave que la distinguen. En primer lugar, durante la Misa Crismal, el obispo se reúne con todos los sacerdotes de su diócesis para renovar sus promesas sacerdotales. Este acto simboliza la unidad del clero con su obispo y refuerza el compromiso de los sacerdotes con su ministerio y con la comunidad a la que sirven. Además, en esta misa se bendicen los óleos sagrados que se utilizarán a lo largo del año en los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, la Unción de los Enfermos y el Orden Sacerdotal. Los tres óleos bendecidos son el óleo de los catecúmenos, el óleo de los enfermos y el Santo Crisma. El Santo Crisma, que es una mezcla de aceite de oliva y perfume, es consagrado por el obispo y se utiliza en los sacramentos que imprimen carácter, Bautismo, Confirmación y Orden Sacerdotal. La Misa Crismal también es una oportunidad para que la comunidad diocesana se reúna y celebre su fe de manera conjunta. Los fieles laicos participan en la Misa, mostrando su apoyo y oración por sus sacerdotes y por la misión de la Iglesia.
14/04/2025más info
Profesión Solemne de Sor Eva María de la Soledad, OP
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En un emotivo y solemne acto, Sor Eva de la Soledad profesó solemnemente como monja dominica en el Convento del Sancti Spiritus de Toro. La ceremonia se celebró en la capilla instalada en al antiguo coro del convento, ante la presencia de la comunidad religiosa, familiares y amigos de la profesanda. La profesión solemne es un momento crucial en la vida de una monja, en el que se compromete a vivir según los votos de pobreza, castidad y obediencia. Sor Eva de la Soledad, después de un período de formación y discernimiento, decidió consagrar su vida al servicio de Dios y a la oración. Durante la ceremonia, Sor Eva de la Soledad pronunció sus votos solemnes ante la priora del convento, Sor María Cruz. La profesanda se postró en el suelo, simbolizando su entrega total a Dios, y recibió la bendición de la priora. Otro de los momentos más emotivos fue la lluvia de pétalos que cayo sobre sor Eva, postrada en el suelo. La misa estuvo presidida por nuestro obispo, D. Fernando, quien destacó la importancia de la vida consagrada y la dedicación de Sor Eva de la Soledad al servicio de Dios. Don Fernando invitó a sor Eva a descubrir que: “La presencia de Jesús lo es todo, esta es la fuerza de la vocación contemplativa. La vida dominica tiene una referencia muy importante en María, en sus misterios del Rosario, oración donde el centro es Jesús, los misterios de su vida, el Evangelio hecho carne. Dios que se ha hecho uno de nosotros necesita de la carne de María, como hoy en esta profesión religiosa”. En la Eucaristía estuvieron también varios sacerdotes, incluyendo el Vicario para la Delegación de Comunión Fraterna, D. Juan Luis Martín Barrios, y el clero de Toro. En el camino que sor Eva emprende el amor de Jesús ha de ser siempre el centro. Así, D. Fernando le recordaba su llamada a: “Amar como Jesús. Con sinceridad. Sin segundas intenciones. Sin instrumentalizarlo nunca. Siempre libre para responder. Evitando el peligro de lo mundano. Que se pega y se combate solo con el cariño interior que nace de la contemplación de Jesús. Es el camino de la oración cristiana. Es decir, hacerte capaz de ver el mundo con los ojos de Dios. Participar de su macrotimia. De su forma de pensar y sentir con magnanimidad”. Finalizada la Eucaristía, Sor Eva, visiblemente emocionada compartió con los presentes una profunda acción de gracias, tras lo cual todos los asistentes pudieron compartir un tiempo de fraternidad, para felicitar a Sor Eva de la Soledad y compartir un momento de alegría y celebración.   Galería de imágenes
12/04/2025más info
Semana Santa en la Catedral
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Domingo de Ramos 9.45 h. Concentración de las cofradías en la iglesia de San Ildefonso.10.00 h. Bendición de palmas y procesión hasta la Catedral.10.30 h. Santa Misa. Miércoles Santo 12.00 h. Santa misa crismal y renovación de las promesas sacerdotales. Jueves Santo 17.00 h. Misa de la Cena del Señor.18.00 h. Hora Santa. Viernes Santo 10.00 h. Laudes y Oficio de Lecturas.13.00 h. Celebración de la Pasión del Señor. Sábado Santo 10.00 h. Laudes y Oficio de Lecturas.23.00 h. Solemne Vigilia Pascual. Domingo de Resurrección 9.30 h. Laudes.13.00 h. Solemne Misa de pascua y Bendición Apostólica.
10/04/2025más info
En camino desde la Asamblea hacia el Consejo Pastoral Diocesano
En camino desde la Asamblea hacia el Consejo Pastoral Diocesano
El sábado 5 de abril concluía la III Asamblea Diocesana que se ha celebrado a lo largo de este curso 2024/25. Desde primera hora de la mañana el grupo de voluntarias acogió a cerca de un centenar de participantes en el acto. La última sesión de la III Asamblea comenzó con las palabras de D. Fernando, quien invitó a los participantes a aprovechar esta oportunidad que brinda el Espíritu Santo a nuestra Iglesia Diocesana. Tras las palabras de D. Fernando, la Asamblea comenzó con un momento de oración, rezando juntos la oración Adsumus. Esta sesión, titulada Retos y pistas, continuaba la senda abierta en septiembre de este curso, por ello, se quiso comenzar con la presentación de las conclusiones de la anterior sesión de la Asamblea, a cargo de sor Concha, superiora de la Comunidad del Amor de Dios de la Casa Fundacional de Toro, y Tita Mielgo, miembro del Consejo de Gobierno. Tal y como fueron señalando, los participantes de la segunda sesión insistieron en la necesidad de fomentar la comunión, de trabajar en grupo y con otras realidades; así como la superación de actitudes individualistas. Los miembros de la asamblea propusieron también cuidar la formación y la comunidad, así como fomentar la presencia en la sociedad, con un testimonio veraz, el diálogo y el acompañamiento, con atención a la salud mental, y la insistencia en el trabajo con y para jóvenes. La primera ponencia de la mañana, a cargo de José de Pablo SJ, tomó pie de las citadas conclusiones para abrir paso a la senda que estamos llamados a recorrer. El camino de renovación es volver a la Iglesia como punto de partida en la Iglesia. Una Iglesia al servicio y que se reconoce como sacramento que hace accesible el encuentro con Dios, señaló el sacerdote jesuita. La tarea que se pone sobre la mesa supone reconocer las pistas que se suscitaron en los anteriores encuentros: transparencia, confianza, servicio, esperanza, colaboración y diálogo, “para acercarse a Cristo y a los que Él ama”, señaló José de Pablo, al pedir que no cayesen en el olvido ancianos, jóvenes, pobres, inmigrantes, víctimas y excluidos. Estas pistas abren el camino hacia una Iglesia más misionera, catecumenal, pastoral y presente en el mundo, que realiza el reino desde el servicio fraterno, que vive el reino desde la comunión, que anuncia la salvación, y que celebra la vida, como reino festejado. Una Iglesia viva que comparte el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros. Desde ahí se invitó a mirar con esperanza y como posibilidad los retos que se pusieron sobre la mesa: desencuentro, rutina, desesperanza, jóvenes alejados, clericalismo, desvinculación, fugacidad del compromiso. Tras la pausa para el café, el tiempo se dedicó a iluminar desde la oración los retos, pistas y caminos, contemplando el pasaje del Señor caminando sobre las aguas (Mt 14, 22-33). Un tiempo pausado y sosegado para contemplar los miedos, las dudas y las oportunidades a las que la Iglesia diocesana está llamada para avanzar. Después de la oración, tuvo lugar el tiempo para la conversación en el Espíritu, los participantes, divididos en dieciséis grupos, llevaron a cabo este método de discernimiento para responder a la pregunta “¿qué llamadas nos ayudan a avanzar?”. Tras lo cual tuvo lugar una comida fraterna en los salones del Seminario. La ponencia de la tarde corrió a cargo de D. Juan Antonio Guerrero, retomó la reflexión sobre el significado del proceso sinodal y la evaluación de los pasos que se han venido dando, para terminar por formular una propuesta muy concreta: “Queremos ayudar a tomar conciencia de la corresponsabilidad de todos en la Iglesia, pedir a la gente participación, el obispo quiere formar un consejo pastoral diocesano donde los laicos participen y que a él le asesoren, para tomar las líneas pastorales, para ir implementando estas cosas”. La jornada finalizó con la celebración de la Eucaristía en Santiago del Burgo. Nuestro obispo, D. Fernando, invitaba a la Iglesia diocesana a poner el corazón en las necesidades de los demás, para caminar en el desierto de la vida y escuchar lo que Dios le habla en el corazón. Una Iglesia que ha de ser transparente y experimentar la misericordia de Dios para caminar hacia la Pascua, finalizando con la siguiente exhortación: “Tened esperanza, cultivad vuestra vida espiritual, id y sed capaces de encontraros con las personas, especialmente con las más despreciadas y desfavorecidas. No tengáis miedo de salir e ir contra la corriente”. Galería de imágenes
08/04/2025más info
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