02/06/2023
Una docena de monasterios de vida contemplativa celebra la jornada Pro Orantibus
El domingo 4 de junio celebramos la jornada pro Orantius, el día en el que los fieles somos invitados a dar gracias por quienes entregan su vida a Dios en los conventos de clausura. En el mundo, hay 3.180 monasterios o conventos de monjas de clausura, en Zamora son doce.
Diego Romera, recientemente nombrado Delegado para la Vida Consagrada por nuestro obispo, Fernando Valera, es un monje cisterciense que ha pedido un tiempo en su comunidad monástica para servir en la diócesis de Zamora. Es precisamente por la experiencia personal por lo que Diego considera que ha sido elegido para esta tarea. Desde el principio ha querido formar un equipo de trabajo con otras dos personas, "una de la vida contemplativa, que es Sor Mercedes del convento del Tránsito, y una de la vida activa, que es la hermana Amparo", tal y como el propio Romera nos cuenta. Entre los tres están repensando el área para acompañar mejor la realidad de la vida consagrada en su sentido amplio.
En la dióceis hay doce monasterios de vida contemplativa. Son todos femeninos y aproximadamente alcanzan las 130 hermanas. Diego Romera añade que "ahí están, manteniéndose con ilusión y con alegría", además indica que su vida merece la pena porque "es una vida en el mundo de otra manera, más profunda y centrada en Dios". Contra lo que muchos pudieran pensar, sus rejas, nos comenta Romera, "son más de los que están fuera del convento que de ellas, porque los que estamos fuera creemos que estamos libres, pero podemos estar mucho más atados que las propias monjas de clausura".
El lema que se ha propuesto este año para celebrar la jornada Pro Orantibuus, en el domingo de la Santísima Trinidad, es "Generar esperanza", porque la vida contemplativa, dice Romera, "ilumina y proyecta a la esperanza cuando nos acercamos a ellas". El delegado de Vida Consagrada nos invita a "rezar por las monjas porque todos necesitamos oración, también ellas" porque su vida de consagración debe continuar puesto que son "el alma a la Iglesia".
Los obispos españoles han afirmado que "en cada convento y monasterio la esperanza que brota de la fe en la realidad última de Dios se hace carne cotidiana" al cultivar la oración y la celebración; la fraternidad y la reconciliación; la hospitalidad y la caridad; el trabajo y el descanso. Hagamos pues para que esta realidad monacal siga alimentando espiritualmente a toda nuestra iglesia diocesana.