30/05/2023
Una romería que atrajo la deseada agua
La popular romería de La Hiniesta se celebró como cada lunes de Pentecostés con la participación de miles de fieles que acompañaron a la Virgen de la Concha en su peregrinaje al pueblo hermano de La Hiniesta.
Comenzó a las 8:00 de la mañana con la eucaristía celebrada en la iglesia de San Antolín y la posterior procesión hasta el vecino pueblo de la Hiniesta. En el camino, la tradición de la romería más antigua de España exigía varias paradas para el rezo: en la iglesia de San Lázaro; en la Cruz del Rey don Sancho, donde el Niño se pierde hasta las inmediaciones de la Hiniesta en brazos de Laura Pérez, la mayordoma más joven de la cofradía y en el conocido como teso de la Salve.
Fue recibida la Virgen por los vecinos de La Hiniesta en la entrada del término municipal con los saludos de los representantes de cada ayuntamiento y, desde ahí, la comitiva se dirigió ya a la iglesia para celebrar la misa solemne.
Tras la comida se inició el regreso a Zamora a eso de las 17:30. Un camino que estuvo marcado por la tormenta y que obligó a cubrir con un plástico a la Virgen para evitar que se dañara la imagen con la lluvia. Así discurrió el resto de la peregrinación que tuvo su momento más relevante con el rezo del Rosario en la ermita del Cristo de Valderrey y el tradicional convite a limonada y pastas de la cofradía. Desde allí al puente Croix y una parada rápida en la iglesia de los Remedios. Los últimos tramos de la romería condujeron a buen ritmo a la iglesia de San Antolín, donce se repartieron las flores que los romeros habían colocado en las andas y los peregrinos saborearon el último dulce con mistela de la jornada.
En definitiva una romería marcada por el agua que tan bien ha venido a los campos y que esperamos siga acompañándonos en estas próximas semanas.