23/04/2022
Asamblea final para la preparación del sínodo sobre la sinodalidad
Ir al enlaceLa fase diocesana del Sínodo ha llegado a su fin con la celebración de la asamblea diocesana en el Seminario San Atilano. A lo largo de la mañana y en diferentes momentos se presentaron las conclusiones de la consulta recogidas en cada arciprestazgo así como en las distintas realidades diocesanas.
Entre las líneas fundamentales que se plantearon recogemos las siguientes:
- Respecto a la COMUNIÓN: Ser una Iglesia abierta, cuidar la catequesis con los niños e implicar a las familias, potenciar la colaboración entre las parroquias, crear grupos de apoyo, atraer a los jóvenes y potenciar encuentros, convivencias, conocer otras realidades de la diócesis, educar desde la familia, compartir experiencias entre las diferentes parroquias. Para todo esto se necesita disponibilidad, formación e información, implicación, perder el miedo, acompañamiento, líderes, grupos vivos, ser luz y sal, conocimiento de la realidad y apoyo de los sacerdotes.
- Respecto a la PARTICIPACIÓN: Tener en cuenta a la vida consagrada, entender el consejo pastoral como motor de la vida pastoral de las parroquias, fomentar actividades más atractivas para los jóvenes, potenciar una mayor presencia en los medios de comunicación, ser testimonio de Jesús, volver a los orígenes, incrementar la interrelación entre las comunidades y personas, crear espacios de oración y formación, dar mayor protagonismo a los laicos, retomar el primer anuncio, recuperar el Centro de Escucha, crecer en corresponsabilidad.
- Respecto a la MISIÓN: Dar testimonio personal, reconocer la importancia de la presencia pública, dialogar con la cultura y la ciencia desde la fe, formarse adecuadamente , llegar a los alejados a través del primer anuncio, tener más orientaciones pastorales, dejarse acompañar y acompañar a otros, reconocer los errores como por ejemplo todo loq ue tiene que ver con los abusos, caminar hacia experiencias de comunión.
A estas conclusiones llegaron los 200 participantes que han representado a todas las distintas realidades diocesanas a lo largo de estos meses. En este momento los coordinadores de la consulta elaborarán la síntesis que próximamente se remitirá a la Conferencia Episcopal para que esta las envíe a su vez a Roma.
Finalizó la asamblea con la eucaristía presidida por el obispo en la que dijo que "al concluir la etapa sinodal, todos: obispo, sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos comenzamos preguntándonos: nosotros, comunidad cristiana, ¿encarnamos el estilo de Dios, que camina en la historia y comparte las vicisitudes de la humanidad? ¿estamos dispuestos a la aventura del camino o temerosos ante lo incierto? ¿preferimos refugiarnos en las excusas del "no hace falta" o del "siempre se ha hecho así"? ¿este es el estilo de esta Iglesia?".
Ante estas preguntas directas, Fernando Valera nos propuso en línea con el papa Francisco tres verbos: encontrar, escuchar y discernir:
- Jesús sabe que un encuentro puede cambiar la vida. Y en el Evangelio abundan encuentros con Cristo que reaniman y curan. También nosotros, que comenzamos este camino, estamos llamados a ser expertos en el arte del encuentro. No en organizar eventos o en hacer una reflexión teórica de los problemas, sino, ante todo, en tomarnos tiempo para estar con el Señor y favorecer el encuentro entre nosotros.
- El verdadero encuentro sólo nace de la escucha. Jesús no tiene miedo de escucharlo todo, no sólo con los oídos, también con el corazón. Escuchar a Dios, hasta escuchar con él el clamor del pueblo; escuchar al pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama (cf. Discurso durante el encuentro para la familia,4 octubre 2014).
- El encuentro y la escucha reciproca no son algo que acaba en sí mismo, que deja las cosas tal como están. Al contrario, cuando entramos en diálogo, iniciamos el debate y el camino del discernimiento espiritual para concluir en un discernimiento eclesial, que se realiza en la adoración, en la oración y en el contacto con la Palabra de Dios.
Terminó el obispo su homilía invitando a los presentes a ser testigos de la fe yendo al mundo entero y proclamando el Evangelio para, de esta manera, ensanchar el horizonte de la Iglesia y transformar las estructuras que hoy nos paralizan desde la clave de la esperanza.