04/11/2021
"Los laicos son protagonistas en la vida y misión de la Iglesia" (Congreso de Laicos)
Luis Manuel Romero es el director de la Comisión Episcopal para los laicos, la familia y la vida de la Conferencia Episcopal. El sábado participará en Zamora en el Congreso de Laicos que se desarrollará durante toda la jornada en el Seminario San Atilano y en esta entrevista reflexiona sobre el peso y la relevancia del papel de los laicos en la Iglesia.
¿Por qué un Congreso de Laicos el año pasado? ¿Por qué es relevante su celebración también en las diócesis?
La propuesta de la celebración de un Congreso de Laicos, a nivel nacional, surgió en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que tuvo lugar en el mes de abril de 2018, tras la presentación de una ponencia sobre el laicado en España por parte de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la CEE.
Entonces se le encomendó a esta Comisión la organización de un Congreso de Laicos para dinamizar el laicado en nuestro país, revitalizando las Delegaciones de Apostolado Seglar y tomando conciencia que nuestra Iglesia necesita un laicado maduro y adulto, que asuma su compromiso en la vida pública para que la Iglesia esté en dialogo con el mundo contemporáneo.
El Congreso, desde sus inicios se planteó no como un evento, sino como un proceso que tendría dos pilares fundamentales: la sinodalidad y el discernimiento. Y además se determinaron cuatro itinerarios fundamentales, que configuran la pastoral de la Iglesia: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública.
Es muy importante que en las Diócesis también se celebren Asambleas o Congreso Diocesanos porque de este modo se puede llegar a los laicos de las parroquias, que es un gran reto y desafío pastoral, teniendo en cuenta que estos laicos son la gran mayoría de nuestro laicado. Y a través de los Congresos Diocesanos se concreta en la realidad de la Iglesia particular los procesos que vamos generando, desde la comunión, en el ámbito nacional.
¿Sobre qué han de reflexionar los laicos y la Iglesia en lo referente a la vida laical?
Pienso que la principal reflexión que hay que llevar a cabo en la Iglesia en torno al laicado consiste en potenciar la vocación laical. Es decir, se trata de que tomemos conciencia de que el ser laico no es una vocación residual o por defecto, sino que, por el bautismo, los laicos tienen igual dignidad que el resto del Pueblo de Dios (pastores y vida consagrada). Los laicos no son, por tanto, cristianos de segunda categoría o actores de reparto en la vida y misión de la Iglesia, sino corresponsables y protagonistas de la tarea evangelizadora, junto a los pastores y la vida consagrada. Esto último se conoce como sinodalidad, comunión.
También es muy importante que reflexionemos sobre el compromiso de los laicos en la vida pública. No podemos olvidar que lo propio y peculiar del laicado es estar en el corazón del mundo, porque los laicos son los que se encuentran en contacto con los diversos ambientes (la familia, la economía, el trabajo, la política, la educación, los medios de comunicación…).
En definitiva, necesitamos que la Iglesia reconozca a los laicos y que los laicos se reconozcan Iglesia.
La forma en la que están representados los laicos en la Iglesia, ¿es suficiente o deberíamos ir hacia otro modelo?
El Papa Francisco insiste constantemente en la idea de que debemos evitar en la Iglesia la lacra del clericalismo. Es decir, en nuestra Iglesia aún tenemos que ir dando pasos para que los laicos ocupen el lugar que les corresponde a la hora de llevar a cabo los diferentes servicios y en la toma de decisiones. La Iglesia depende todavía excesivamente de los pastores, del clero y da la sensación que la misión de los laicos es estar a sus órdenes.
El proceso sinodal al que hemos sido convocados por el papa Francisco nos interpela para que escuchemos al Pueblo de Dios y nuestro modo de actuar y estilo sea desde la sinodalidad, desde el caminar juntos, reconociendo también la voz de los laicos.
Es verdad que existen estructuras de comunión, de participación de los laicos en la vida de la Iglesia, como pueden ser los Consejos de Pastoral Diocesano o Consejos de Pastoral Parroquial, pero muchas veces se reducen a estructuras meramente informativas y no se tiene en cuenta la opinión de los laicos.
Esperemos que la experiencia de este proceso sinodal, guiado por el Espíritu Santo, nos abra hacia nuevas formas o modelos de representación de los laicos en la vida eclesial para que vivamos una auténtica comunión, que tiene como fundamento el sacramento del bautismo
Vivimos en una sociedad cada vez más secularizada, por tanto la presencia de los laicos en la vida de la Iglesia es fundamental...
En estos momentos, en los que asistimos a una gran secularización porque cada día hay más gente que vive de espaldas a Dios, no podemos olvidar que la vocación de la Iglesia es la evangelización y por eso nos tenemos que preguntar: ¿cómo evangelizar en la actual sociedad?
Para que el Evangelio de Jesucristo llegue a la gente, a las periferias y a los márgenes, necesitamos a los laicos porque son los que se encuentran en contacto con los diversos ambientes. Una Iglesia que quiere ser en salida, en coloquio con el mundo, precisa de un laicado que viva con autenticidad su compromiso cristiano en la vida pública. Cuando en nuestras conversaciones nos referimos a los laicos comprometidos en la Iglesia, estamos pensando en un laicado que realiza tareas sólo intraeclesiales, que son necesarias, pero no olvidemos que el lugar de los laicos se halla en el corazón del mundo.
Por todo esto, estoy convencido de que los laicos no son el pasado ni el futuro de la Iglesia, sino el presente.
Pienso que, en la actualidad, tenemos un gran déficit de presencia en la sociedad, no somos significativos y para eso es necesario el papel de los laicos, que son la inmensa mayoría del Pueblo de Dios.